martes, 9 de marzo de 2010

¿Soy un inutil? Y... Tengo mis dudas Parte III

Entiendo que lo mio no es la plomeria. Quizas tampoco el ser gasista.
Pero ¿cambiar una bombita? no jodamos!!!!
Me levante una mañana y le di a la luz de la cocina. PUFFFFFF, chispazos y no mas luz en la cocina. Le daba a la tecla y nada. "Cuando vuelva del laburo cambio la bombita y listo".

LLegue esa tarde, compre una bombita, puse la silla, me subi y la cambie. No prendio.
"La cagué" pensé. Queme toda la instalacion. Ahi si que yo no puedo hacer nada. No solo no tengo las herramientas sino que aunque las tuviese, no se usarlas. LLamemos al electricista.

El profesional llego con su balijita, su "tester" y sus herramientas. Se subio a la escalerita, midio la tension y puso cara de "que raro, aca esta bien".
Fue al enchufe, midio la tension, otra vez perfecto. El profesional ya se empezaba a preocupar. Me mira y me dice, "que misterio, parece estar todo bien, a ver, pasame una bombita".
Ahi fue cuando lo mire con cara de superado. Daaaale, no jodamos!!. Lo miré y le dije "mira que ya cambie una yo y no prendio eh". No me hizo caso y subio igual a la escalerita, con la bombita en la mano.
La colocó, le dio una vuelta, le dio dos, le dio tres, hizo tope. Le dio media vuelta mas.

Ahi me preocupe. Yo esa media vuelta mas no se la habia dado y ya me estaba imaginando lo peor (para mi).

"A ver, prendela" me dijo. Yo no queria, pero le di a la tecla y PRENDIO.
No les puedo explicar lo pelotudo que me senti. No llame a un plomero para arreglar un baño que pierde. No llame a un gasista para instalar un hogar. PERO LLAME A UN ELECTRICISTA PARA CAMBIAR UNA BOMBITA!!!!! Esto me va a generar un trauma que cuando vuelva a leer este blog con 40 años no voy a poder olvidar. Sobre todo la cara del tipo mirandome desde la escalerita con cara de "no podes ser tan gil".

Le pedi disculpas y le pregunte cuanto le debia, cuya respuesta dolio mas que los 20 mangos que le terminé dando de verguenza: "no te voy a cobrar por cambiar una lamparita".

Lo importante es que de la experiencia se aprende. Cada vez que tengo que cambiar una lamparita, compro dos. La primera para girarla hasta que se parta y descubrir cual es el verdadero tope. La segunda para no vivir a oscuras y con la verguenza que ya tengo...

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