¿Frappu qué? Dame un café.

¿Cuántos shoppings tienen en sus instalaciones dos Starbucks? La Facultad UADE tiene DOS.

Por primera vez en mi estadía en esta facultad, me tocó cursar a la mañana. Lo que duele entrar ocho menos cuarto no tiene nombre. Una amiga dice que es ridículo entrar a esa hora en todos los niveles educativos. Lo comparto. Pero lo que hoy me tiene indignado, lo que realmente me parece ridículo es que habiendo en una Facultad dos Starbucks, haya que perder los 40 minutos de recreo (o Break, como más te guste) haciendo la fila para pedir “un café solo por favor”. CUARENTA MINUTOS...

Filas larguísimas de conversaciones pelotudas para llegar a la caja y que no sepan de qué gusto van a pedir su Frappuccino. Esa bebida rara donde le inyectan dulce de leche o chocolate al fondo del vaso y encima le ponen café. ¿Qué estamos haciendo? Si el Café lo quieren dulce, se le pone más azúcar. El dulce de leche se come de a cucharadas, no se pone en el fondo de un vaso.

Igual la culpa no es del chancho (no estoy hablando de mi boludo), sino del que le da de comer. Entiendo que necesiten vender, pero respeten a la vieja escuela. Separen las filas de la gente simple que te puede pedir un café o a lo sumo un café con leche de todos estos putitos que le quieren tirar cosas raras adentro y que no piensan decidir qué quieren hasta que no les digan:

- “Hola, buen día, ¿qué vas a llevar?”.

- Ehhhhhhhhh…

“Ehhhhh” no, forra. Hace media hora que hablas de tus botas. Ya lo tenías que tener pensado desde que te levantaste esta mañana.

Y cuando repartan budín para degustar en la fila mientras esperamos (hasta que solucionen lo anteriormente expuesto), no sean hijos de puta. Repartan de vainilla, de chocolate o si tienen un día rebelde, marmolado. Nunca más vuelvan a ofrecerme de arándano. Soy de la vieja escuela. Café solo con 2 de azúcar, un budín de chocolate y si me van a ofrecer dulce de leche, dejame el envase y una cuchara.

PD: Haceme acordar que tenemos que hablar del impacto de pedir este tipo de bebidas según quién la pida. Un flaco pide un Frappuccino de Dulce de Leche y es el más top de todos.

Lo pido yo, y la mirada de la chica de la caja muta a “Ya sabía gordo, ya lo tenía marcado y todo, ¿cuántos kilos de dulce de leche querés que le ponga?”.