Para contar todo lo que viene, tendría que empezar con
un detalle no menor y una aclaración: Voy a ser papá (el detalle no menor) y
estaría quedando apenas una semana para la Fecha Prevista de Parto (la
aclaración). Es decir, ya transitamos toda la experiencia previa a tener que
salir corriendo a la Clínica (ya habrá tiempo para hablar de eso).
Como tengo la sensación que todo lo que voy a escribir a
continuación lo voy a olvidar rápido, preferible que quede guardado en algún
lugar.
Una de las primeras cosas que nos comentaron en general
fue “cuando elijan el obstetra, siéntanse cómodos. Recuerden que los va a
acompañar durante todo el embarazo”. Para mí fue como elegir un par de
zapatillas. Lo vi, me gustó, no lo quiero cambiar y no quiero ver otro. En toda
esta experiencia lo habré visto unas seis o siete veces, y todavía no sé cómo
se llama. Es un tipo joven, macanudo, que transmite la tranquilidad que
necesitan los padres primerizos. O casi todos.
El embarazo fue bastante tranquilo hasta que transitando
el sexto mes aproximadamente, y lo voy a decir en términos profesionales porque
tengo un “5” en el final de Probabilidad y Estadística, la curva de crecimiento
de Cata se cayó del percentil cincuenta al percentil veinticinco. Es decir,
venía creciendo en la media (de cien chicos, había cincuenta que son más
grandes y cincuenta que son más chicos) y de golpe pasaron a haber setenta y
cinco bebes más grandes y apenas veinticinco más chicos. Cuando uno es un
inexperimentado en todo lo que es embarazos y crecimientos, uno tiende a
magnificar todo lo que pasa y a querer averiguar. Al que nunca hay que
preguntarle, el peor enemigo, el más hijo de puta de todos, es el Dr. Google. Vos
leés Google y no volves a estar tranquilo nunca más en tu vida. Cómo decirlo
para que entiendan. Google transformó esa noticia (del cual desconocíamos si
era grave o no) en un momento de tensión y de nerviosismo que sólo podría ser
comparado con una definición por penales en la final del mundial en la cual no
dejaron de patear durante cuatro días (elijan uds si prefieren arqueros figuras
o coladores).
Al cuarto día, fin de semana de por medio, cuando ya estábamos
77 a 77 y le tocaba patear al Cocacolero, nos atendió el obstetra.
A mí me alcanzó con que nos dijera “Quedense tranquilos,
no pasa nada. A lo sumo será chiquitita, una ‘Mini Messi’. Mañana hacemos una
eco con alguien de mi confianza, pero no es para preocuparse”. Listo. Para mí atajó
el penal que debía atajar y tema concluído, pero a los hombres y las mujeres no
nos tranquilizan las mismas cosas. Creo que Lau pretendía un Congreso
Internacional de obstetras con carácter urgente, una redefinición del concepto
de percentiles, y no una ecografía sino dos y en ese momento. Pero por sobre
todas las cosas, quería una demostración de acción inminente. Le jodió la tranquilidad
con la cual el obstetra (que es el que conoce en la materia) tomó el asunto. No
sé si pretendía que el tipo se pusiera un overol rojo, un casco de bombero y
empezara a correr por los pasillos al grito de “pero qué cagada!!”.
Por suerte la eco dio perfecta, aparentemente será
chiquitita nomás y yo espero con los brazos abiertos y una sonrisa enorme de
oreja a oreja por mi “Mini Messi”.
Acordate 3,200.
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