El ruido cuando se levantaba. El olor a tostadas de las ocho de la
mañana en Mar del Plata. El gesto inconfundible de sus manos simulando un clarinete
para despertarnos. La cara de mis viejos que querían seguir durmiendo. El
infaltable diario de todos los días. Su ropa de laburo. Los treinta porotos de “la
escoba de quince” los viernes. El guiño al adivinar la última carta que me
quedaba en la mano. Los viajes en tren cuando siendo tan chicos todavía eran
una novedad. Sus saludos a todo el barrio. El barrio saludándolo a él. Sus
incansables ganas de hacer cosas todo el tiempo. Erico, Sastre, De la Mata, Zorrilla
y “Pusinesi”. Su carrera interminable
para entender la tecnología. Su cara de sorpresa cuando descubrió Skype. Las
preguntas recurrentes de todos los domingos. Sus panqueques. El inagotable buen
humor. El amor incondicional por su mujer. Las batallas ganadas. Las perdidas.
La mirada sincera de sus ojos verdes. Las arrugas que le ganan al tiempo. Brenda.
Los diez de marzo. La discusión eterna entre el futbol de antes y el de ahora. Su
frase de cabecera “Vos sí que la encontraste”. Su sonrisa que auguraba que todo
va a estar bien.
Ufff la puta que te extraño Abuelo!!
Que lindo Asus!!!
ResponderEliminarHermoso Ari!!!
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