lunes, 12 de agosto de 2013

Mi gente Bella - Hoy, Norita. Parte I.

Empecé a laburar como Líder de Equipo hace dos años y medio aproximadamente. Era la chance de ser estrella o terminar estrellado. Había que liderar un Proyecto de año y medio de duración para rehacer algo que estaba hecho mal (muy mal). En ese entonces me dieron la chance de armar mi propio equipo de trabajo.
La segunda persona que contrato, después de una muy buena entrevista (no viene al caso dar el nombre para no exponerla si alguna vez me vuelvo famoso, así que la llamaremos Nora), se acerca a mi escritorio a las dos semanas de trabajo y me dice...

- Ariel, ¿puedo hablar con vos?
- Si, Nora, decime.
- No, acá no, en privado por favor.
Lo primero que pensé fue “No le gusto el laburo, se va”.
- Dale, vamos a una salita.
Nunca te olvides que este fue el primer planteo que te hicieron como Líder de Equipo. Sonreíste contento por un momento pensando en el desafío que te podía resultar resolver los problemas de tu gente. Lo que no imaginaste fue…
- Contame Nora.
- Quería decirte que estoy preocupada, que tengo miedo, yo tengo una hija, no quiero perder el trabajo.
- No entiendo, ¿qué pasó? ¿Tuviste algún problema con alguien?
- No, pero no puedo perder el trabajo, no sé si vos sabés algo, yo estoy mal.
Y ahí arrancó a llorar.
Explicame qué se hace en casos así. Yo seguí insistiendo.
- Nora, contame que pasó.
Y ahí la bomba.
- TENGO UNA DIFAMACIÓN EN INTERNET.

Dificil. O esta mina (señora grande) está en una página porno, o es chorra, o mató a alguien. Tenía más ganas de salir corriendo a googlear que de quedarme ahí.
La pregunta que hacen todos después que les cuento esto es ¿Y no preguntaste cuál era la “difamación”?. Y… la verdad que no. No me dio para que ella me confirmara que tiene fotos dando vueltas por la web en pelotas.
- Mirá Nora, acá nadie sabe nada ni nadie me dijo nada. Los rumores, las malas noticias vuelan rápido y nadie me hizo ningún comentario. Quedate tranquila que no pasa nada. De hecho, si yo me llego a enterar de algo, te aviso para que veas cómo manejarlo.
- Gracias Ariel, lo único que te pido es que no le cuentes a nadie.
¿Queeeé? ¿Perderme de contar esto? Ni en pedo.
- Si Nora, quedate tranqui que queda acá.
Creo que pasé todo el resto del día googleandola sin encontrarla. Y a la noche en casa porque acá porno no se puede ver.
Por supuesto, en ese momento lo compartí con un compañero de laburo y nadie más. No daba para contar por ahí lo que yo sospechaba (aunque me moría de ganas).

Pasaron un par de días y uno de los chicos de la oficina viene a comentarme que Norita estaba llorando en su escritorio. Para no levantar el avispero (y sabiendo por donde venía el tema), por el msn corporativo le digo:
- Nora, si no estás bien, andate a tu casa, no hay problema. En serio te digo.
- Gracias, pero prefiero quedarme.

Cuando Norita no tenía estos ataques de crisis y laburaba, la rompía. La mina sabía mucho y lo demostraba. Hasta que se atacaba…
Ella se sentaba al lado de otra mujer, pero no me daba preguntarle si Nora le había contado algo. Mucho menos ese tipo de cosas.
Sí había notado que Nora había empezado a traer un Walkman (si si, un walkman) y estaba todo el día conectada.

Episodios como este se venían dando más seguido de lo que esperaba, yo intentaba hablar con ella, pero nada, hasta que un día no vino más... (continuará).

No es por forro, siempre quise poner el "Continuará".

No hay comentarios:

Publicar un comentario